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El número 2 de esta revista se me

hizo de rogar. Tardó bastante en llegar a la tienda, o es que era yo que la estaba esperando desesperadamente.
El primer número se centraba en el barrio, ese lugar que el fotógrafo explora por primera vez.
En este número se han centrado en el sujeto, el individuo; el retrato.

Resulta curioso descubrir cómo la gente explota con éxito el género del retrato, algunos te gustan más y otros menos, unas ideas te parecen ñoñas y otras muy interesantes, la cuestión es retratar al prójimo (o a uno mismo).

Personalmente no hago demasiados retratos, o mejor dicho, nunca he centrado mis esfuerzos en los retratos, siempre me ha parecido un género muy difícil para lo excesivamente fácil que es en realidad retratar a alguien. Últimamente me ha dado por investigar en ello, primero me informo y más adelante ya aplicaré mi visión sobre el asunto. Lo que estoy viendo me gusta bastante. Descubro a fotógrafos que retratan muy bien y retocan muy mal y viceversa, los hay que lo hacen todo bien y no resulta interesante y los que lo hacen todo mal y parece que la idea es buena. Siempre hay un “yo lo hubiera hecho…” que ronda por la cabeza de todos los fotógrafos, al menos de la mía.

En fin, enhorabuena a los que hacen esta revista.
Espero el número 3, a ver si me sorprende como los anteriores.

Buena suerte.

Tenía muchas ganas de leer un libro como este, de hecho siempre lo veía en las estanterías de

la librería y no me decidí a cogerlo hasta hace un par de semanas.
Es un libro de entrevistas a fotógrafos, a editores de periódicos, revistas y libros y a galeristas; muy útil en todos los sentidos:
- Todos los fotógrafos coinciden en que uno debe encontrar su propia voz y seguir adelante sin desanimarse, que copiar no está mal (aunque algunos lo denostan) pero que pronto uno debe encontrar su estilo en fotografía. Hay 20 entrevistas, en todas hay algo curioso, pero casi todas se parecen bastante: responden a las mismas preguntas hechas por la periodista y crítica Anne-Celine Jaeger.
- Los editores son bastante previsibles: siempre van con prisas y no quieren que les hagas perder el tiempo, aunque te dan algún consejo útil durante alguna entrevista, pero si ya sabes cómo va el mercado, no te descubre nada nuevo leer las entrevistas.
- Los galeristas también son bastante particulares, y caprichosos. Te recomiendan que seas tú mismo, pero no te dan ninguna clave de por dónde van los tiros; obviamente, no se van a mojar en eso porque el mundo del arte se mueve por no sé qué, que no se puede explicar; la foto simplemente, ha de impactar.

En resumidas cuentas: el libro me ha gustado y he pasado buenos ratos leyéndolo este agosto junto a la piscina, me ha entretenido e interesado y me ha hecho tener curiosidad por fotógrafos que no conocía y conocer la personalidad de los que ya conocía, también por el trabajo de editores y galeristas.

Recomendable para cualquier tipo de fotógrafo.